Verdor puro

La magia del campo regresó con todo su poder en la caminata del sábado. Anduve en absoluta libertad en medio de un entorno fascinante.  Me gusta marcar mi propio camino, aceptar imperfecciones, actuar sobre la marcha y adaptarme a las circunstancias. Así en la ruta y en la vida. 

Ayer nuevamente me zambullí en mi faceta senderista. En el camino, durante la exploración, aparece la magia y es imposible no detenerse a oír, observar y agradecer el sol de la mañana. Es preciso avanzar con calma, confiando en que el aire frío despeja la mente. Es la montaña de siempre, son las flores habituales y los pájaros que siempre acompañan, pero todo se ve diferente. Es la naturaleza que estremece hasta lo más profundo.


 





 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―