Apuntes de invierno

Frío, helado, húmedo, así ha estado el clima. Parece que cada día ha traído su aguacero. El gris del cielo resiste la mayor parte del tiempo, firme y certero. Pero así y todo, me encantan las mañanas en las que siento que todo está por hacer y hay tiempo para hacerlo todo. Mientras tanto, pienso, me elevo con las gotas que golpean la ventana, con el vaivén de las ramas del sauce enfermo. Imagino hacer solo cosas que me gustan sin afán ni restricción, pretensión imposible, pero benéfica. Lo pienso quizá porque me doy cuenta de que tengo que hacer cosas que me aburren un poco e intento abandonar antes de terminar. 


A veces las cosas no fluyen como me gustaría, bueno, unas sí, pero justo las que no son las que entorpecen mis sueños modestos. Me distraigo recordando miradas que me enternecen, instantes en los que soñé y volé y sonrisas felices que no quisiera perder. Tengo la suerte de ser feliz con poco, aunque pensándolo bien, quizá es mucho, pero sí, tengo suerte y llueve, otra vez.



Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―