Se fue el mes
En septiembre cambié el desayuno colorido por uno un tanto aburrido, pero igualmente nutritivo… intentando aquello de la autosuficiencia no hubo demasiada versatilidad, pero se procuró lo indispensable y no salió tan mal.
Mientras me arruiné pagando estacionamientos, aproveché los pocos desplazamientos para maximizar actividades y lograr recorridos eficientes. Las visitas al médico estuvieron a la orden del día.
Poco a poco voy encontrando el equilibrio, aun cuando
siento que por fin nos instalamos, me parece también que estamos a punto de
irnos. Sin embargo, creo que en breve llegará el balance… total ya imponemos
nuestro andar entre la jungla en la que se ha convertido esta ciudad
postpandémica.
Esporádicos encuentros, algunas visitas y la
celebración del mes fueron los sucesos que marcaron nuestra escasa vida social
en este mes que termina. Faltan muchos abrazos, pero al menos ya hemos visto y
reconocido algunas caras amigas.