Aires de campo
Sábado.
Caminar por placer entre los arbustos. Disfrutar la cotidianidad sencilla de la
vida rural.
Tener
tiempo para aburrirme y no hacer nada, solo ver la vida pasar.
Domingo. En una ventana me encontré… contemplar
con buena perspectiva es de mis planes favoritos. Asomarme y tomar sol desde el
tejado, como cuando era peque, es revitalizante. Aunque claro, lo de ponerme
traje de baño y tumbarme para que los rayos penetren mi piel ya no es lo que
fue, simplemente, ya no es. Ahora con destreza y algo de flexibilidad me siento
en el marco de la ventana y desde allí veo nubes, ramas al viento, pájaros al
vuelo, toda la gama de verdes en la montaña e imagino. Es bonito.
Hay
encuentros que son fortuna, sin recuerdo gráfico, pero memorables.
Regreso.
Y es en este instante de domingo cuando me pregunto si de verdad tengo que
trabajar mañana, si no podría saltármelo y sumergirme en una vida más relajada.