Volver

De suaves atardeceres silenciosos, acompañados de brisa de campo y el canto de algunos pájaros, a las carreras, el ruido y los gastos incesantes en la gran metrópoli. Así esta semana qué pasó.

Recuperando hábitos cotidianos procuré un papel digno en esto de retomar la rutina, calificarla y elevarla a grado de wonder woman que madruga, prepara desayuno, arma lonchera, medio arregla casa y corre al cole a dejar a preadolescente cachirulo, para después regresar volando y llegar a tiempo a laborar. Breve en realidad para una gran mayoría, desafiante para mí, que siempre he tenido ayuda.

La semana no sólo tuvo vuelta a clases, también alegres encuentros. El joven y sus amigos anduvieron de celebración y mis amigas del cole y yo de reencuentro… nada mal.





Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―