Más fragmentos

Las tardes del mes, además de las copas y los panes, han tenido jornadas de forma palabras... divertidas y, además, disputadas casi todas con ingenio y algo de suerte.

Distancia. El espacio entre la ficción y la realidad es cada vez más corto.  De sorprenderme con algunas novelas y series hace algunos años, he pasado a aceptar que antes de lo esperado el mundo dejará de ser lo que hasta hace poco conocíamos. El mundo digital se apoderó de la humanidad.  No está mal, pero abruma.

Regresar.  En breve estaré de vuelta en la ciudad y estoy intentando averiguar qué siento al respecto. ¿Miedo? ¿Emoción? ¿Pereza? No logro definirlo, quizá la suma de todo.

Oscuridad. Llega el insomnio y con él, muchas veces, arrancan los pensamientos dramáticos, ignoro por qué. 

Me acuerdo.  Tardes de infancia inventando coreografías, otras tardes tomando pony malta, algunas más patinando con destreza. Paseos en familia a Melgar con guerra de chocolatina derretida en el camino. Ensayos de espectáculos navideños y búsqueda de tesoros en el árbol.  No se me olvida nuca lo afortunada que he sido.

Burbuja. Siento que con mucha frecuencia a nadie parece importarle lo que suceda más allá de su estrecha burbuja, me pasa. Salir de mi círculo de luz es tan agobiante que lo protejo y quisiera mantenerlo cerrado...

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―