Varios de julio

A veces vivimos un poco en chileno y disfrutamos el pan con palta, las sopaipillas y las empanadas, incluso con merkén ahumado que encontramos por ahí. Otras, nos aventuramos a probar cosas nuevas, que limonada de eucalipto, que granola con leche de coco y arándanos, y así; y hay otras más en las que recurrimos a la comida de siempre hecha en casa, la preferida. Con platos de todos los colores y sabores, hemos pasado un mes gastronómicamente interesante.
 
Contrario a lo que podría pensarse, a pesar de la ausencia de viajes, este tiempo en pandemia para nada ha sido estático.¡Los ascensos han sido maravillosos, desde la punta del cerro he tenido imágenes fascinantes, la mejor vista, todo un espectáculo visual! Además, desde la comodidad de mi cama o en mi escritorio, he pasado varios minutos fantaseando acerca de próximos viajes… total, si no me puedo mover físicamente, nada me impide que deje volar la imaginación.  

Los paseos del mes, por los senderos cercanos, han satisfecho mis ganas de salir a explorar.  Me he adentrado calladamente en algunos bosques y en medio de los árboles he sentido como se recargan los pulmones… rodeada del potente y precioso canto de los pájaros he sentido el espíritu alegre y además, he encontrado también muchas flores coloridas.

Ahora llueve a cantaros, como en los últimos cuatro o cinco días, pero en medio de los aguaceros también brilla la ilusión. La vida es maravillosa y la mía es muy bonita. 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―