Dichosos

Así, contentos, recorriendo las callecitas coloridas de un pueblo blanco que nos parece fascinante. Sin interrumpir labores, pero sí con cambio de escenario, partimos una semana a descansar y a disfrutar.

Fue una semana de sentarnos a comer y a conversar con un par gatos merodeando cerca. Llovió, algunas veces fuerte, otras apenas cayeron unas gotas; brilló el sol y la brisa suave de unos días se convirtió en vendaval alguna tarde.

En medio de amplios espacios con vista a la serranía pasamos las mañanas. Al medio día íbamos a sentir la serenidad flotando en el aire del pueblo... sin turistas reinaba la paz en el ambiente. Las calles blancas y la montaña de fondo sobre los techos naranja del pueblo convierten a Barichara en uno de nuestros destinos favoritos.  

El paseo fue completo porque nos encanta el menú del Patio en el Socorro, fue el comienzo perfecto y porque, para terminar, nos tomamos una tarde para conocer una cascada de la que no teníamos idea. Juan Curí nos sorprendió por su grandeza, el sonido intenso del agua cayendo sobre una gran roca y el verde circundante con mariposas y pájaros, un tanto selvático, nos encantó.

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―