Oxigenación
El sábado pasado tuve un recorrido fantástico… Más de 20 km con subidas y bajadas para despertar los sentidos. Las variedades de verde, con la lluvia de los últimos días, se han multiplicado, se sentía la humedad en todo el entorno y los habitantes de las alturas me dieron la bienvenida a una nueva ruta, una que promete un más allá de lo que se ve y que pronto investigaré, pero en compañía. Aventurarme sola está bien, pero a veces prefiero un apoyo con GPS mejor que el mío.
Fue una bonita expedición, sin embargo, no fue todo paz y
silencio. No solo el sonido del viento y
el concierto de los pájaros ambientaron el recorrido, también me encontré con
el lechero salsero, que además de recorrer la montaña como si de fórmula 1 se
tratara, iba de lo más rumbero con el radio a un volumen extremo. Además, los paperos -quienes cosechan la papa-
estaban con el romanticismo alborotado, oyendo vallenatos amorosísimos que entonaban
mientras llenaban los costales. También,
en lo alto del camino, en alguna casa amenizaban la mañana a ritmo de reguetón,
así que la jornada estuvo variada y entretenida.
Con la vista puesta en el camino,