Mirada interna

Con este inicio tan "prometedor" de año, dedicada al egocentrismo puro y después de leer hace un par de días varios datos "random" sobre algunos personajes... Decidí unirme al juego, así que después del se dice de mi del finde pasado, acá estoy en mis propias palabras:

Pestañeo mucho. Personas observadoras que me tienen confianza me lo han dicho. Personas observadoras que no me lo han dicho se han espantado, o al menos, incomodado. Algunas personas no lo han notado.

Procuro ser simple y racional... a veces me cuesta, de hecho, pocas veces lo logro, bueno, no, lo logro cuando poco me importa. Procuro que pocas cosas me importen.

No veo el peligro cuando está en frente de mi... pero en las noches de insomnio me doy cuenta de él, lo exagero y lo padezco catastróficamente.

De vez en cuando oigo caballos galopando y me gusta, me trae recuerdos bonitos.  Me gusta también el sonido del agua, quizá es mi favorito, me encanta estar al lado de un río o en la orilla del mar, o frente a una cascada. Sentir que el agua corre naturalmente me sienta de maravilla.

Sueño a color, no siempre, pero con mucha frecuencia. Tengo sueños muy vívidos con distorsión absoluta de la realidad, unos fascinantes, otros aterradores.

Intento eternizar virtualmente mis momentos favoritos y otros más, por eso aparecen por acá tantas cosas, mucha cotidianidad de la que me gusta. Amo los recuerdos.

Dejo muchas cosas a medias. Me ilusiono con cierta facilidad. Aún creo que soy capaz de mucho, de aprender, sorprenderme, y empezar de nuevo. Me imagino protagonizando vidas inventadas. De repente tengo ganas de todo y sin darles demasiado tiempo, se esfuman. Ocasionalmente pienso y actúo de inmediato, sin procesar tanto.

Me gusta el chocolate amargo, me encanta la sandía, podría vivir de pan con palta y queso... y huevos. El desayuno es mi momento favorito del día. Necesito el café diario.

Soy pésima anfitriona, la peor quizá, pero me encanta organizar eventos, me gustan mucho las reuniones con amigos y familia, pero solo invito a quien está dispuesto al self-service.

Me permito cambios de opinión sin demasiado recato, así como creo que puede ser blanco, súbitamente se puede convertir en negro. Todo tan ordenado me aburre en demasía, pero el caos a veces me desespera... un tanto de incoherencia, sí.

Me acuerdo siempre de los cumpleaños, de muchos, de algunos a los que ni siquiera llamo a felicitar. Me encanta cumplir años. Me gusta celebrarlo todo.

Me encanta compartir cafés o copas fuera de casa. Me encanta bailar y antes cantaba, cuando creía ingenuamente que lo hacía bien. Ahora no canto, pero sigo bailando, aunque lo hago mal.

Disfruto recorrer senderos, contemplar las nubes, sentir el aire, oír los pájaros, oler las flores, sentirme libre. Me encantan los árboles y su movimiento, me fascinan los de flores amarillas.

Me gusta la gente que me hace reír, la gente que se ríe, la gente que ve el lado bonito de la vida y aquella que, aunque no le ha tocado ese lado con frecuencia, encuentra como sonreír.

Soy “vocista” según mi hijo. La voz de las personas me resulta uno de los mayores atractivos o de los peores defectos de la gente. Me incomodan bastante algunas voces y me cuesta evitar hacerme una idea de cómo son por su voz.

Madrugo casi a diario, no importa la hora a la que me duerma, mi cuerpo sabe que amanece y cual resorte me saca de las profundidades en las que me encuentro... quisiera días de muchas horas de sueño, pero parece que, en la repartición, no me tocó ese chip. 

Cuando en 2020 todos le dieron una oportunidad a la cocina e intentaron desde arepas hasta panes de masa de madre, me negué, no quise, me resistí como me pasa cuando todos empiezan a hacer dieta y a mí se me ocurre comer hasta el cansancio.... Pero este año comenzó diferente y me uní a la secta cocinera, me inauguré con un sencillo queque de limón y resultó. Quizá no se trate de debut y despedida. Veremos qué más sorpresas trae este comienzo de fin de pandemia, porque está comenzando el fin, ¿no?

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―