Sopla el insistente viento de agosto

Café fuerte, pan hecho en casa, pájaros cantando. Repetimos, pero disfrutamos. 

Aunque pensándolo bien, estos días han sido como una ruleta de luz y color, con algunas sombras, como la vida misma. Pero para que no cale el dolor y el cansancio por este país que parece no tener remedio, intento ir por ahí con ojos y oídos abiertos, sorprendiéndome con colores y sonidos que encuentro a cada paso y abrigando esperanza por un mañana brillante, en medio de las incesantes alteraciones de la vida.



Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―