Cada día un motivo para celebrar

Me permití un largo descanso de finde porque en mi familia las sobremesas se extienden.... y porque, además, tuvimos plan culinario que nos tomó bastante tiempo.  Como hace mucho no, dedicamos el sábado, con paciencia y amor, a una jornada de preparación de envueltos de mazorca.  Con la mejor de las recetas, claro, como antaño, armamos decenas de ricos envueltos que estamos ahora disfrutando.  Nos entusiasmamos tanto que incluso hubo masa para un par de deliciosas tortas, todo con el mejor sabor y por supuesto, con infinidad de recuerdos.

Las del sábado fueron escenas inolvidables de estos días de cuarentena... pese a la pandemia, y a la crisis que agobia, renovamos ilusiones y alegrías tras la intensa calidez de la estufa y del aroma dulce que llenó la casa.

Un plan muy sencillo y también, paradójicamente, memorable, quizá como todo lo que nos gusta, sin pretensiones, pero entre la diversión, el cansancio y el resultado final, nos anotamos un gran acierto.




Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―