Tanto amor
Pequeñas
alegrías que se agradecen un montón. Un domingo más, pero está vez celebrando
el día del padre; nos emocionamos, nos reímos, compartimos un almuerzo
delicioso, y, reconociendo la brevedad de la vida, intentamos apreciar cada
instante.
Aprovechamos
el clima, porque entre la lluvia y el frío han aparecido algunos rayos de sol y
nos hemos aventurado a la calle. Con mascarilla y lentes puestos
descubrimos sonrisas fugaces y miradas furtivas en los paseos por los alrededores.
No sabemos ni cómo ni cuándo terminará esta cotidianidad distópica, pero la vida sigue y, por momentos, brilla la ilusión.
Bonus. Esta semana intenté escapada al campo... sola, no lo logré 😔. Más allá del paisaje excepcional, extraño ir y venir con libertad a donde se me antoje, pero empiezo a ampliar la visión de las cosas estando encerrada, enriqueciendo mi punto de vista de la realidad, disfrutando lo intenso y bonito de cada día... Ya es hora, después de tantos días confinados.