Así las cosas

El domingo por fin tuvimos suerte meteorológica. Con un cielo limpio y primaveral, nos relajamos bajo el sol. Descansamos, nos reímos con canciones ochenteras e incluso intentamos elevar cometa.  Sin plan alguno, desafiamos el universo delirante y recargamos el cuerpo y la mente con los intensos colores del día, la tranquilidad familiar y la paz rural.









En el festivo, de regreso a la city, un almuerzo en las alturas con un postre delicioso.

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