La vida alegre en estado puro

Aunque el domingo terminó embarrado al cien, los bonitos momentos de la tarde de celebración quedarán para la posteridad.  
No hicimos mucho, bastante poco en realidad.  Almorzamos y no nos paramos del comedor salvó por un par de fotos que tomé a los peques, ellos sí que se movieron. Lo demás serían risas, recuerdos, copas e historias varias en buena compañía.  No es mucho lo que necesitamos para estar tranquilos, en estado de relajación absoluta.  La vida está para llenarla de instantes felices y a eso nos dedicamos en un lindo día de la madre, muy festejado.  
La lluvia no afectó la fiesta pero sí la salida... De no ser por las habilidades de la sister bajo el agua y en la oscuridad, allá estaríamos todavía, patinando en ese lodazal en el que se convirtió la entrada/salida de Talauta, pero qué más da!












Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―