Érase una vez un castillo

Fantástico paseo de sábado en el que conocimos un espectacular castillo y un pueblito sueco.  Lo de espectacular, quizá por su tamaño y entretenida historia, también por sus jardines y la maravillosa vista al mar Báltico.  Por dentro no era tan, tan llamativo, pero aún así me encantó la visita. Kronborg tiene mucho que contar... bastantes fiestas, diversión y por supuesto una historia de amor.  Todo no fue tan casto y puro en aquellos tiempos, pero por los recuerdos del esplendor de la época bien vale la pena conocerlo... Además, claro, de haber sido el castillo en el que Shakespeare recreó Hamlet y de tener en su sótano a uno de los héroes nacionales... nombre que no recuerdo pero que tiene toda la pinta de salvar al país de cualquier peligro.








  













  
El recorrido del día terminó en Helsinborg, Suecia.  Un bonito pueblo que nos recibió con bastante frío invernal, pero en el que disfrutamos el mejor de los chocolates calientes.  Caminamos sin rumbo por calles no muy transitadas, hicimos un par de compras y regresamos a nuestro "hogar".

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―