Lo que quedo de la semana

Algunos días intensos y otros no tanto, mucho calor y un tanto de lluvia, sonrisas varias y también un poco de mal genio.  Una semana variada, en la que disfruté y me agobié casi por igual... pero acá quedará solo lo que quiero que permanezca, así que las imágenes hablarán por si mismas. 

Anduvimos por Cali, conociendo un tanto, trabajando mucho y recordando más!
Además de las risas de un grato encuentro, también tuvimos un buen recorrido gastronómico en el que disfrutamos deliciosos sabores del Valle. 

Próximamente seremos tías de un pequeño que llega a alegrarle el corazón a Angie.  Martín está desde ya bienvenido al cacharrito y para celebrarlo, nada mejor que un brindis repleto de sonrisas y más recuerdos, muchos de hace bastantes años, aquellos que pasan y nunca se olvidan.

Con muchas ganas de volar, tuvimos la suerte de acompañar a la autora del libro a un despegue magnifico. Con preguntas muy inteligentes y bonitas historias, nos llenamos de expectativa por este libro que ya empezamos a disfrutar.  El peque atento y feliz como el que más, vivió el acontecimiento como toda una experiencia.  Una mañana de sábado diferente y muy entretenida.  

Y como no necesitamos pretexto para reunirnos a celebrar la vida y sus circunstancias, ayer, después de fiesta de disfraces, partimos a una rica y abundante comida, de la que no quedo más que la alegría de compartir y un mantel manchado de vino... sucede después de varias copas.



Aprovechamos los rayitos de sol y salimos de plan dominguero, delicioso almuerzo y el encuentro con Chili, una perrita que en palabras del peque, parecía que nos conocía de siempre.




Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―