Lo más de lo más

Repetimos destino. Nos gustó, nos encantó, volvimos y así estuvimos...






Disfrutando el tiempo libre, sin prisas, contemplando el mar, jugando en la playa, llenándonos de agua salada, respirando el aire tibio, paseando por calles coloridas, maravillándonos con atardeceres relajados, divirtiéndonos con recorridos silvestres. Es lo que tiene escaparse una semanita a "reflexionar".  





Alzando a Tarzan.. emoción total







Entre chiguiros, coatis y reptiles de varios tipos, imposible escoger preferidos.









 La vida nos sonríe de manera loca y tenemos que aprovechar.






   




















Por donde se mire la Riviera Maya tiene mucho encanto, agua color turquesa, playas blancas, deliciosos platos, gente amable, en fin, todo un destino al que esperamos regresar. Además de todo, el plan tuvo celebración de cumple con circo y tal, el espectáculo fue de lo mejor y las carcajadas y caras de asombro del peque, insuperables.

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Somos encuentro

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Somos celebración…Ayer celebramos la vida de la abue, que hace cien años llegó a este mundo y dejó una huella profunda. Un siglo de historias, momentos compartidos, risas que aún resuenan y abrazos que todavía se sienten. La abue fue alegre, optimista, vivaz. Siempre con ganas de festejar en familia, de recibirnos en su casa con los brazos abiertos. Y, sobre todo, fue generosa, con su tiempo, con sus gestos suaves, con ese cariño que envolvía sin hacer ruido, pero que siempre se notaba. Ella se fue, sí. Pero sigue acá. En las palabras que usamos sin pensarlo, en las tradiciones que repetimos sin darnos cuenta, en los gestos que nos salen solos. En los recuerdos que compartimos y las enseñanzas que no se borran. En la risa que vuelve en días como el de ayer… cuando algo, adentro, se acomoda. Encuentra su lugar. Casi un siglo repasado a velocidad de vértigo, como si lo viéramos en diapositivas: un viaje por ayeres, recetas, peinados y decisiones que nos trajeron hasta acá. Un viaje de me...
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Y un día ya puedes conducir

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A un ritmo distinto

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