Café

Cuando el frenético ritmo de la ciudad aturde y el caos del transporte agobia, un cafecito reconforta.
Acá estoy, alargando la pausa, sin ánimo de regresar a la office, intentando vivir un poco más despacio, más alegre, llenándome de energía para la jornada que me espera. 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―