Turisteando en la Ciudad
Para empezar, un rico y calórico desayuno. Tenía friamente calculado ir a la Puerta Falsa, para que el plan fuera completamente cachaco, pero priorizamos los antojos de Pancho y nos fuimos de panecillos y café, con algo de fruta para suavizar y darle el toque saludable al comienzo del día.
De ahí partimos al Museo... por la ubicación y sus colecciones, seleccionamos el de Botero y aunque el peque no estuvo fascinado, creo que sí lo disfrutó... no tanto como un parque, pero sí llamaron su atención las pinturas, tanto, que preguntó que a qué otro museo iríamos, no sé que fue lo que más le gustó... quizá Renoir o tal vez Picasso, Miró??? En realidad las esculturas fueron sus preferidas. Si el clima no hubiera cambiado, habríamos ido al Museo del Oro, pero otra vez será.
Recorrimos la Candelaria y paseando por todas sus callecitas, le fuimos contando un poco de historia al enano...Llegamos a la Plaza de Bolívar y ante tal inmensidad, no pudo más que correr y perseguir palomas, nunca había visto tantas juntas... salimos del centro y seguimos de plan, nos fuimos al parque a escalar una teleraña y a disfrutar... luego gyozas y suchi y finalmente origami en casa.
Un transeunte más en la Plaza |
Por qué la mirada Bolívar??? Acaso me cuestionas?? |
Lejos, muy lejos, de ser perfecta, Bogotá igual tiene sus encantos.