A 3152 msnm
Como nos gusta
estar al aire libre, nos encanta ver árboles, disfrutar el verde y la mañana
permitía salir… aprovechamos el día y nos escapamos a Monserrate… El peque quería
ir, no sé qué tenía en mente cuando hablaba del lugar, pero disfrutó el paseo un
montón. Le fascinó el trayecto en
funicular, la emoción se apoderó de él y vivió cada minuto como el mejor. Arriba
corrió, miró, subió, bajó, en fin, no paró, bueno, sólo una pausa para tomar avena… hasta conocimos la Iglesia, y muy respetuoso guardó silencio, aunque
no entendió porqué.
La nube gris estuvo a punto de instalarse sobre
nosotros, pero tuvimos suerte y el clima no se transformó del todo, nos
permitió recorrer el cerro y maravillarnos con el esplendor de la ciudad una
vez más!!
El regreso fue en
una cápsula (teléferico), “de lo mejor, pero muy corto mamá, quiero
repetir".
Definitivamente
cada día es una aventura para él, y para nosotros a su lado, también!!!!