50 años no son nada

Después de varios días de preparativos y "engaños" para sorprender al Tío Tom, finalmente el día de la celebración llegó. Pese a que el secreto se descubrió antes de tiempo, la sorpresa por la asistencia de algunos invitados fue suficiente para recompensar los esfuerzos logísticos de los primos y de Clemen.

















Un lindo día soleado permitió que disfrutáramos una de las mejores y más divertidas celebraciones que hemos tenido. El reencuentro con los compañeros del cole, la compañía de la familia, la asistencia de los amigos y la interpretación de unas fantásticas rancheras hicieron de ésta una gran fiesta…. por lo menos para los invitados y, al parecer, por las palabras y la cara de emoción del Tío, también para el homenajeado.

Que se repita!!!!!























Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―