De vuelta a casa

En las conversaciones de transmi, en las tardes, los pasajeros en medio del relajo o del cansancio de la hora del regreso cuentan su vida diaria sin filtro ni cautela. La espontaneidad protagoniza y quizá sin saberlo dan cuenta de una intimidad absoluta. Me ha pasado varias veces. Cuando los ocupantes del bus van compañía, dejan por instantes sus teléfonos y todo empieza a formar parte de la ruta; así como a veces todos tenemos que oír lo que reproducen sus celulares porque omiten el uso de audífonos, otras he presenciado muy de cerca diálogos que ni en el ambiente más familiar y protegido se me ocurriría contar. Pero en el bus a veces todo se sabe. Me he sorprendido con relatos grandiosos, dramas amorosos, crónicas de viajes prohibidos, casi delitos, y en respuesta a muchas de estas historias encuentro también opiniones cuestionables, consejos dados a la ligera y también sabiduría popular y quizá efectiva. La gente se desahoga y llega a casa con menos peso. O tal vez no.


Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―