Trazos del comienzo de julio

Repaso de la semana que comenzó con un arcoíris. Brillante. Doble. La luz gris de un martes helado, luego de la lluvia intensa de la madrugada… abrió paso a un cielo que se convirtió en lienzo, y resplandeció el color.

El primer café de la jornada fue fuera del perímetro habitual. Sabíamos que nos esperaban días de encierro laboral. Tuvimos cuatro días sin luz natural, comiendo, presentando, comiendo más, planteando alternativas, tomando decisiones… aún inciertas.

Las mañanas se repitieron con café en reuniones informales, la previa de las otras. Risas esporádicas, impresiones sobre actuaciones y comportamientos, pequeñas pausas en las que algo de aire tomamos.

En uno de esos encuentros previos, en el café mariposa, mientras exploré por instante, me asomé a un libro y abrí en la página de La carta del mago. Estaba empezando a convencerme de que el horóscopo algo podía tener de cierto, tal vez me incline ahora por el tarot. Según la carta, tengo todo lo necesario para crear, transformar o manifestar lo que imagino. Iniciativa y acción consciente: el comienzo de algo, pero con dirección e intención. O sea… ¿qué mejor? 

El cansancio de la semana no dejó hacer mucho más… el viernes llegué agotada, muy. Ayer el panorama cambió, estuvimos en plan familiar. Fuimos a cine, nos entretuvimos con las lecciones de un pingüino, conocimos Lumina. Tomé onces con Moni y después fuimos a un show sinfónico muy entretenido, con piezas de Hans Zimmer y John Williams. Fue como un recorrido cinematográfico en vivo, con héroes, galaxias, épica, y emoción amplificada por una orquesta estupenda. El piano genial, el arpa maravillosa, la interpretación de interestelar me fascinó. Lo disfruté!!