viernes, 12 de julio de 2024

Destellos

Una idea que surge cuando el reflejo del sol palidece y rompe el transcurrir con su matiz. Las horas cansadas se acaban y la emoción vuelve al camino cuando, llena de sutileza, llega otra vez la noche. Poco a poco, el ambiente se carga de silencio y paz, pierdo mis pasos y comienza a rodar una historia sin afán, sin decaimientos, una que lleva solo el peso de un día expectante y abre puertas a mínimos detalles, a la persistencia del amor que resiste un pasado ya casi remoto. Esa singular forma de irse a dormir. 

Una idea más cuando aparece el silbido de los pájaros que le dan la bienvenida a un nuevo día, cuando tenue se asoma el primer rayo de luz. Sigue el interés, incluso hay entusiasmo al despertar. Se agradece la frescura del entorno al abrir la ventana y el tono de los buenos días, pero sobre todo el ritmo y las pausas deliberadas mientras el cuerpo se estira. También la conexión que surge con la voz que me eleva en una mañana más, una cargada de sensaciones. Esa particular manera de salir de la cama.

  

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