lunes, 29 de junio de 2015

Boyacá y sus pueblos

Los de siempre, los de toda la vida, aquellos que felices visitábamos cuando pasábamos vacaciones en la casa de la abuelita, a donde nos llevaban en busca del postre.  Esta vez los visitamos, pero todos en un solo lugar, y una vez más nos gustaron, nos encantaron, tanto o más que cuando peques, ahora quizá por otros motivos, los disfrutamos con otra perspectiva.














Y el domingo lluvioso anduvimos de paseo en otro pueblo más, uno lindo y majestuoso, muy blanco y lleno de flores coloridas.  Callecitas de piedra, fachadas blancas, puertas y ventanas de madera, gran Basílica, que por suerte están arreglando, puente de calicanto y otras maravillas más.  Un pueblo tranquilo, rodeado de montañas, el más bonito de Boyacá.

Bonitas casas típicas de la región, alejadas de la contemporánea arquitectura departamental que espantan a los visitantes pero parecen fascinar a sus habitantes, no a todos, espero.












Nos perdimos un increíble paisaje que seguramente se debe ver en días despejados, pero aún así, bajo la lluvia, el asenso a la otra vida vale la pena... Todo nos gustó en este pueblito, bueno, no es cierto, no toleramos con facilidad la música carrilera, pero por lo demás, a pesar del agua, un paseo espectacular.








Suceso reciente

Intermitencias

Reflexiones en desorden, recuento reciente, caos mental. Lo de siempre, nada más. En ese estado de adormecimiento que surge cuando voy de ...