Boyacá y sus pueblos

Los de siempre, los de toda la vida, aquellos que felices visitábamos cuando pasábamos vacaciones en la casa de la abuelita, a donde nos llevaban en busca del postre.  Esta vez los visitamos, pero todos en un solo lugar, y una vez más nos gustaron, nos encantaron, tanto o más que cuando peques, ahora quizá por otros motivos, los disfrutamos con otra perspectiva.














Y el domingo lluvioso anduvimos de paseo en otro pueblo más, uno lindo y majestuoso, muy blanco y lleno de flores coloridas.  Callecitas de piedra, fachadas blancas, puertas y ventanas de madera, gran Basílica, que por suerte están arreglando, puente de calicanto y otras maravillas más.  Un pueblo tranquilo, rodeado de montañas, el más bonito de Boyacá.

Bonitas casas típicas de la región, alejadas de la contemporánea arquitectura departamental que espantan a los visitantes pero parecen fascinar a sus habitantes, no a todos, espero.












Nos perdimos un increíble paisaje que seguramente se debe ver en días despejados, pero aún así, bajo la lluvia, el asenso a la otra vida vale la pena... Todo nos gustó en este pueblito, bueno, no es cierto, no toleramos con facilidad la música carrilera, pero por lo demás, a pesar del agua, un paseo espectacular.








Sucesos populares

Sin rumbo fijo

A diario. Episodios mínimos de lo que va de la semana.

―denota negación―