¡Irremediablemente, se acabaron las vacaciones!
Pero
se disfrutaron!!! Poco tiempo, realmente una semana no es suficiente, había que
sacar el máximo provecho de estos días libres e intentar descansar... lo
logramos, pero no quisiéramos que se acabaran.
Nuestros
días de descanso tuvieron un poco de todo. Cielos intensamente azules con el
sol pegando fuerte, mucho de brisa veraniega, que ocasionalmente nos hacía
sentir invernales; paseos tranquilos con reflexiones relajadas, lugares nuevos,
rodeados de verde exuberante, sonrisas, postres y muchos helados.
Los últimos días nos refugiamos en el campo, buscamos
inspiración en las montañas y nos llenamos del encanto rural, las noches
tranquilas y los cielos estrellados.
Lo mejor, las risas contagiosas del peque…
carcajadas porque sí, y porque no… disfrutando historias repetidas,
engrandecidas por una abuela que se derrite de amor por un pequeño gran hombre
de seis.